Daños colaterales de un divorcio

¡Hola bonit@s!

Hoy os voy a hablar un poquito mas sobre mi, desde mi experiencia, de lo que he vivido o me han hecho vivir y de todo lo que ha surgido antes, durante y después.
Antes de que ocurriera, todo era lo normal en una familia, cada uno con sus cosas, sus preocupaciones, pero una piña. O, al menos, eso parecía.

La cosa se empezó a complicar, hasta que llegó el día que nos reunieron a mi hermano y a mí y nos dijeron que la cosa se acababa. Yo por suerte o desgracia por aquel entonces ya estaba independizada, decidí irme a vivir con mi actual marido, pero dejé a mi hermano solo ante todo. A pesar de haberle dicho siempre que tenía una habitación en mi casa, no quiso venirse.

Durante los trámites todo se iba complicando y lo peor de todo es que, queriendo o sin quererlo (ya da igual, el daño se hizo y ya está hecho) te envuelven en unos problemas que no tienen nada que ver contigo y a ello arrastran a muchas personas. Por egocentrismo, historias, películas, etc. que ya no vienen a cuento: «que si tú has hecho o has dejado de hacer», «que si mira tal que no sé que…». Y un sin fin. Y repito, nosotros en medio sin tener que venir a cuento.

Cuando parece que se empieza a ver la luz, que todo ha acabado. Ya se han firmado los papeles y pasa el tiempo… ZAS! Otro batacazo! Volvió a empezar la pelota ya que el uno no podía estar sin el otro. Dando falsas esperanzas de algo que jamás volvería a ser lo que fue, porque por ego propio nadie daba nada y siempre esperaban más el uno del otro, y la desconfianza, los celos… Todo lo peor en una relación no brillaba por su ausencia precisamente. Hasta que se volvió a acabar. Y parece que este ya fue su fin. Pero no sin antes habiendo vuelto a arrastrar a los que menos culpa tienen.

Esto ya va por los que ya lo han llevado a cabo o por esos padres que lo tienen en mente o se lo han planteado alguna vez. Son decisiones vuestras, por vuestros motivos o causas, no impliquéis a terceras personas o todo acabará FATAL. Esta bien que se informe de lo que va a pasar, para ir asimilando ya que, para nosotros, los hijos, tampoco es fácil ver cómo tu familia se rompe. Pero los detalles, broncas, peleas y demás, guardároslo para vosotros, no metáis porquería entre uno y otro (al menos delante de los hijos), respetaros ante ellos, recordad que pese a lo que haya pasado, son vuestros hijos y os quieren y tarde o temprano dependiendo de la situación, podemos perdonar.

Así que a todo esto, que cuando no veis más allá de lo que queréis, que solo pensáis que sufrís vosotros pensad en los demás. Es vuestro problema no el de todos. Y vosotros sois los que tenéis que poner el medio y la solución sin que nadie más salga perjudicado. Que ya bastante tenemos con asimilar y ver qué pasará, como para que encima nos metan de por medio.

Y aquí no acaba todo. Ahora soy madre y ellos abuelos, y sigue habiendo problemas porque la cosa desgraciadamente acabo mal. Cuando se acercan fechas especiales se vuelve a abrir la veda…  porque es imposible que estén en un mismo lugar para un mismo acto. Los cumpleaños de los peques llegué a la conclusión de alternarlos, uno años pares y otro impares. Las navidades pues por suerte desde que vivimos en Madrid se celebran como se pueden. Las visitas y vacaciones siempre controladas… como veis todo muy fácil y bonito.

¡Ah! Qué se me olvidaba, mucho ¡OJO!, si y esto va dirigido a los hijos, mil ojos con las cosas que dices, haces, comentas o ya que esta a la orden del día publicas en redes sociales. Porque ni aun en esas, que son tu pequeño espacio de desahogo, de hacer lo que te viene en gana, son capaces de darle las mil vueltas y retorcer todo a tal punto de amargarte el día.

Así que, volviendo al inicio de este post, desde mi experiencia, y seguro que, desde la mente e ideas de muchas cabecillas pensantes, hacedlo bien y mas si tenéis hijos de por medio. Ellos son los que menos cuenta se tienen que dar, los que menos deben de sufrir, y pensad bien las cosas antes de actuar, por el presente y el futuro.