Mi ángel de la guarda

Siempre me acuerdo de él, cuando estoy triste miro al cielo y pienso en ti. Muchas veces me pregunto cómo sería todo, como hubiera sido si estuvieras entre nosotros, si todo lo pasado hubiera sucedido. Pero las cosas pasan por algo y hay que dejarlas tal cual, aunque siempre está el «y si…«

Siempre que formulo una pregunta al cielo, me la responde. No sé si serán coincidencias o no, pero siempre hay respuesta.

Recuerdo una de las más importantes de mi vida, estaba a semanas de casarme, era un día radiante, con un sol que cegaba, un calor insoportable y el cielo estaba totalmente despejado, sin una miserable nube. Así que me lancé, le dije «Sé que estás ahí, que me ves y nos cuidas, solo quiero preguntarte si Diego te gusta, si lo aceptas y de ser así que caiga un diluvio». Así fue, en cuestión de minutos cayó chaparrón del bueno.

Otra que recuerdo fue de camino al trabajo, iba por unas curvas un poco complicadas, era invierno, y por esa zona hay humedad así que el asfalto estaba helado. Pues en la curva más cerrada, a una velocidad reducida el coche me culeó. Os lo digo con la mano en el pecho… me pasó la vida por delante, vi todos mis momentos, y de repente el coche se enderezó y todo quedó en un susto.

Sé que todos nosotros tenemos a alguien que nos vigila, un ser al que queremos y nos guía y refugia. Él es mi hermano, el mediano, nos llevábamos 15 meses, y el destino quiso que nos abandonara con tan solo 4 meses de vida. Como iniciaba mi entrada, siempre me acuerdo de él, a pesar de que yo era una renacuaja cuando todo sucedió. Mis padres siempre me lo han tenido presente, me han contado historietas, he visto fotos y vídeos y a día de hoy solo tengo que hurgar en mi memoria para volverlo a vivir.

No estás presente físicamente, pero quien te quiere, te siente estés donde estés. Porque te recuerda y eso hace que vivas más allá de las estrellas, que vivas en el corazón.